miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tristes y sorprendentes declaraciones de la mujer que no.

Nota: Este blog no es para ti. Mis letras, mis horas…los tragos y las manchas y los guiños de la vida que hay en la e s c r i t u r a   no son tuyos. No eres tú, soy yo. Soy yo que me enamoré de tu edificio y del ritmo de tu barrio, de la luz en la ventana, del eco en la escalera, de los terribles ángeles de la escayola. Asalto de cornisas decó. Ligereza de hacer el amor en la estética del alba vintage. No eres tú. You're so vain, I bet you think this song is about you, don't you, don't you, don't you.  Tú eres un cabrón. Un egoísta y un mal esteta.  Un hombre que quiere mujeres propiedades. Mujeres que no  falten a la retorcida idea que tienes del respeto. Mujeres que no te falten. Y yo quería ser como tú porque me pones a escribir. Y yo quería ser como tú por tu barrio y tu edificio. Porque fue escandalosamente bella y triste la exuberante forma de la mujer que no. Gloria y derrumbe poético del no.  No eres tú, soy yo que me enamoré de las olas de tu nombre. Treta. Trampa psicomágica: Llevas el nombre del hombre que se espera. También es la ciudad que es salón de danza y matadero de corderos. El aire que se pone raro cuando salgo de tu casa. Soy yo que me enamoré de la posibilidad de andar juntos por la llovizna, que es mi palabra favorita. Tú eres un cabrón, un mal amigo y un mal esteta. No eres tú que sólo sabes perseguir y escapar de tu ruina, yo persigo tu poesía.


*La poesía no sirve para la vida. La poesía sólo sirve a la poesía misma. Vas directo hacia los riscos.  La marea (la tuya) siempre trae aguamalas.

Las faltas de respeto al lector han sido piloteadas.









No hay comentarios:

Publicar un comentario