miércoles, 5 de agosto de 2015

Uróboros


El término loop es un anglicismo, bucle en español, en en música electrónica consiste en uno o varios samples sincronizados que  ocupan generalmente uno o varios compases musicales exactos y son grabados o reproducidos enlazados en secuencia una vez tras otra dando sensación de continuidad.


El uróboros es un abrumador evento de la naturaleza y un antiguo símbolo usado en la búsqueda alquímica, repetido a través del tiempo en el inconsciente colectivo, un impasse calcado y rediseñado por civilizaciones diversas, ilusoriamente distintas. El uróboros es una serpiente o a veces un dragón que se devora a sí mismo, una orilla de fauces que devora su cola, la otra orilla, y con ello, inevitable pero voluntariamente es y se destruye continuamente.

Es importante saber que el uróboros es tanto más veces símbolo que naturaleza y por ello resulta una búsqueda. En los serios juegos alquímicos es el símbolo de la perfección, un ser que se satisface a sí mismo como alimento y como cuerpo alimentado. La redondez de los textos, de los proyectos, de las organizaciones, de los cuerpos, de una obra, del ser, es el hambre y la satisfacción del hambre. La efímera y única autosuficiencia de la autoingestión, una autofagia misteriosa y ancestral, la muerte devorando la vida y la vida, dispuesta y sumisa siendo la muerte, como lo es siempre pero con una claridad insoslayable, en el formidable seppuku del uróboros. Como las bellotas que caen con estridencia sobre el techo de la cabaña en el Anticristo de Von Trier, como soplar las velas del pastel de cumpleaños. El uróboros, imposible de no mirar, muestra que somos el plato fuerte de la cena, el fin, sin el intermedio de los días, sin los aperitivos o postres que nos representan los otros.

Mi primera pesadilla ha sido con serpientes. Sueño con la amenaza y el poder de un movimiento seductor. Para poder devorarse es necesario disponer el cuerpo de manera circular, performar un círculo y con él, la paradoja infinita que hay en la perfección de ser en lo que es,  la eternidad o la crueldad de un ciclo infinito, un loop de la existencia. El infierno, que también está diseñado en círculos; Dante, Sísifo, Perseo, tú, la noria del sufrimiento. Shiva danza en la dicha por lo que transmuta, en la dicha de lo que será destruido: el holograma de la política, de la vanidad, del dinero, del ego. Shiva danza con una serpiente adornando su cuello que simboliza los años. La destrucción que completa la creación. La forma serpentina del Uróboros espejea el vértigo de las cosas que no dejan de empezar. Como los vicios, como el mar, como nuestros labios en un beso: amorosa, suave, intermitente antropofagia. Antes me besabas con la ansiedad del hambre, ahora bailamos, volvemos a comenzar, sé que lo importante es no dejar de cazarte. En algunas barajas del tarot,  también podemos ver un uróboros atado a la cintura del primer arcano, el mago, que contiene en aquella latitud creativa del cuerpo, la fuerza primitiva y originaria del infinito sobre el que crea y hace su magia, la pequeña ilusión del hombre, manipulando con artilugios y destrezas la fuerza de la vida que reside en su fragilidad, en la posibilidad que tenemos de morir, en las fauces de la muerte respirando sobre la nuca, siempre acechándonos. Los antiguos nórdicos sabían que hasta el día de su destrucción, el mundo estará rodeado por la Jörmundgander, la poderosa serpiente que prevalece autoengulléndose alrededor de la Tierra. México, esta semana, este sexenio se mueve como un uróboros. 

El símbolo también sucede en la naturaleza, verlo, causa cierta repulsión; el uróboros es un fascinante y grotesco acontecimiento del mundo pues, no se sabe exactamente por qué mitológica o evolutiva motivación, la imposibilidad de cazar y de comer, por ejemplo, hay algunas clases de víbora que comienzan a fagocitarse, tragando desde las dislocadas mandíbulas el fin de sí mismas.
                                                                                     



Aguamala o Medusa
Entre Caníbales. Soda.

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